El Batán de Lara es un antiguo molino reformado que utilizaba el agua de los ríos de la Sierra de Grazalema para mover su maquinaria. La casa se encuentra dividida en 2 plantas con 172 metros útiles y 238 metros construidos.
En la planta alta, encontramos el salón-comedor con una decoración muy cálida y un tosco pero agradable mobiliario de tipo rústico, siendo la madera la protagonista absoluta, con viejas vigas de gran tamaño en el techo y un precioso suelo de ladrillo antiguo. En esta planta se sitúa también la cocina totalmente equipada.
En la planta baja se distribuyen 3 dormitorios dobles con baño a los que se accede de forma independiente por una escalera exterior. Reciben el nombre de los colores que los decoran: verde, azul y albero.
El edificio, típico de la zona, está rematado con cubiertas de tejas árabe y cuenta con terraza y múltiples ventanas que facilitan la entrada de luz.
También cuenta con alberca para baño, patio y varias zonas con mesas y sillas exteriores.